A finales de 2019 vio la luz la serie Hernán, una producción ambientada durante la conquista de México-Tenochtitlan, y la cual nos narra los sucesos que van desde la llegada de los castellanos al mando de Cortés hasta la caída de la capital mexica, todo esto narrado desde la óptica de Bernal Diaz del Castillo, cronista por excelencia de este suceso, y una de las fuentes más consultadas sobre el periodo que comprende de 1519 a 1521.
La serie se vendió como una completa revolución para la televisión mexicana, y no es para menos, prometía ser una de las series históricas más fidedignas jamás hechas por una productora latinoamericana con cooperación española, pero a más de 2 años del estreno de esta serie, ¿Qué nos quedó de “Hernán”?
En su momento también fue criticada por diferentes personajes dentro del mundo de la investigación histórica y arqueológica, nos da una narrativa bastante confusa de los hechos, y que no termina de hilar todos los sucesos cometidos en estos años tan convulsos para el mundo mesoamericano. Eso sin contar ya con los múltiples errores en producción en términos de vestimenta y armas de la época (tanto por el lado mesoamericano, como con el europeo).
Si bien “Hernán” fue una apuesta arriesgada, y que es de agradecerse que se salgan de los tópicos de temas históricos de los últimos años en televisión (Vikingos y guerras mundiales), no dejo de pensar en la oportunidad tan desperdiciada de tratar este tema desde una óptica bastante más grande, mucho más por estas épocas, en donde los nacionalismos quieren mostrar y ocultar cosas del pasado a su conveniencia siempre para que cuadren con un discurso cuanto menos cuestionable, y del cual los expertos llevan años cuestionándose, este tipo de obras no aportan más que espectáculo barato, a algo que pudo ser y no fue.
Si hay algo que rescatar de esta serie son las ciudades mesoamericanas recreadas a través de computadora, algo aplaudible si tenemos en cuenta de nuevo que fue realizado sin los grandes presupuestos de Estados Unidos o Inglaterra, así como las actuaciones y el hecho de que este contada en tres idiomas; náhuatl, español y maya, desgraciadamente son tan abrumadores los fallos ya mencionados que no se termina por disfrutar al 100%.
Esto me deja con la incertidumbre y la necesidad de saber si se volverá a ver temas relacionados con Mesoamérica o la conquista en televisión, algo que estoy seguro se podría prestar a proyectos mucho más ambiciosos pero que por el momento se ven lejos en un corto o mediano plazo.
Por todo lo anterior aquí mencionado, no sé si recomendaría esta serie, tal vez como un ejercicio para historiadores, arqueólogos y amantes de encontrar fallos históricos en series de televisión y películas.
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