Niceto Alcalá Zamora , un gran desconocido: Entrevista a Javier Arjona

Bienvenid@s al Foro de la Historia, hoy entrevistamos a Javier Arjona, Doctor en Humanidades, profesor en la Universidad Francisco de Vitoria y autor de la biografía sobre Niceto Alcalá Zamora publicada por Almuzara.

P- Niceto Alcalá Zamora fue un político complejo y lleno de ideas para cambiar España, ¿Qué le llevó a escribir esta biografía? ¿Fue Niceto un incomprendido en su época?

R- Alcalá-Zamora me parece uno de esos perdedores de la Historia de España, como diría Fernando García de Cortázar, que después de una brillante carrera política en la que llegó a ocupar la más alta magistratura del Estado, fue relegado al ostracismo por unos y por otros. Merecía la pena recuperar esta figura clave para entender la España del primer tercio del siglo XX, analizando sus luces y sus sombras, y diseccionando un complejo pensamiento político de ideas liberales y al mismo tiempo de raíces conservadoras. Don Niceto fue un adelantado a su tiempo, un defensor de esa Tercera España que años después tratara de encarnar Adolfo Suárez, y que buscó en 1931 poner en marcha una República de orden, centrada y burguesa, que no fue entendida ni por las izquierdas ni por las derechas.

P- La República tuvo presidentes y ministros que no provenían de la alta burguesía o de las clases terratenientes ¿Cuál era su tradición familiar?

R- Aquellos personajes aristocráticos tan comunes en la época de la Restauración, como el conde de Romanones, efectivamente no tuvieron cabida en una Segunda República que precisamente buscaba pasar página. Niceto Alcalá-Zamora venía de una familia de clase media provinciana, con modestas propiedades en Priego de Córdoba, y desde luego no formaba parte de la burguesía pudiente del pueblo. Como dice el protagonista en sus memorias, tuvo una infancia en la que hubo de graduar el orden de las necesidades: “lo primero la salud, alimento, cultura y vivienda; todo lo demás, lujo sacrificable”.

P- Hay una generación de políticos en España, que saltan a la primera línea de la política cuando llega el proyecto republicano, sin embargo, ¿Cuál había sido su relación con la dictadura del General Primo de Rivera? ¿Adoptó una posición crítica?

R- Durante la etapa de Primo de Rivera fue muy limitada la oposición política a aquella ‘Dictadura con rey’, como la calificó Santos Juliá. Cabe destacar como curiosidad que entre los apoyos recibidos por el régimen estaba incluso el Partido Socialista. Llegado el mes de enero de 1930, cuando el rey Alfonso XIII dejó caer a su hombre fuerte, dos políticos de tradición monárquica como eran Miguel Maura y Niceto Alcalá-Zamora, que fundarán en aquel verano el partido Derecha Liberal Republicana, asumieron el liderazgo de un movimiento revolucionario que buscará transitar hacia la República como única solución para que España retornase a una senda constitucional abandonada en 1923. Es interesante saber que en aquel año 1930 en el que se gesta el Pacto de San Sebastián, la izquierda radical que tendrá tanto protagonismo durante el primer bienio republicano aún no había hecho acto de aparición.

P- El advenimiento de la Segunda República fue fundamental para su carrera política, ¿Qué proyecto tenía este para España? ¿Era un proyecto viable en un régimen recién nacido?

R- Niceto Alcalá-Zamora es el padre de la Segunda República. Es el personaje de alto nivel, de gran experiencia en la administración y uno de los grandes juristas del momento, que liderará el proceso que acaba con la monarquía de Alfonso XIII. Lo que buscó para el nuevo régimen fue una vuelta a la democracia bajo un modelo de república burguesa y ‘de orden’, construida con el aporte de todas las fuerzas políticas, que permitiera a una España atrasada y rural dar un paso hacia adelante para situarse al nivel de países como Francia o Inglaterra. Las reformas que se pusieron en marcha en materia agraria, educativa o laboral tenían ese objetivo. El problema es que aquellos cambios que deberían haberse ido articulando durante varias décadas trataron de ponerse en marcha en apenas dos años, y sin el concurso de la España conservadora y tradicional que no estuvo presente en las Cortes Constituyentes.

P- ¿Cómo fue su relación con los diversos gobiernos republicanos hasta 1936?

R- Lo cierto es que Alcalá-Zamora no tuvo buena relación ni con Manuel Azaña en el primer bienio, ni con Alejandro Lerroux en el segundo bienio republicano. El líder de la izquierda burguesa se aseguró de ningunearle y mantenerle al margen de la vida política durante su mandato, y del jefe de filas del Partido Radical, que acabó apartado del gobierno tras destaparse ciertos casos de corrupción, nunca tuvo una buena opinión. Una vez apartado Lerroux, en la recta final del segundo bienio antes de la victoria del Frente Popular, el jefe del Estado colocó a personas de su confianza al frente del gobierno, como fueron Semper, Chapaprieta o Portela, siempre con el objetivo de impedir la llegada al poder de José María Gil-Robles que había ganado las elecciones de 1933. Será éste el principal reproche histórico de las derechas a la figura de Alcalá-Zamora.

P- Tras su destitución como presidente de la Segunda República, ¿Qué fue de él?

R- El día 7 de abril de 1936, en una maniobra perfectamente orquestada por Manuel Azaña e Indalecio Prieto, la traicionera interpretación del artículo 81 de la Constitución provocó la destitución de Alcalá-Zamora. Desde ese momento pasó a ser un ciudadano normal al que la Guerra Civil sorprendió en el mes de julio en un viaje familiar al norte de Europa. Vivió primero en Francia y después en Argentina, rehusando aceptar la ayuda de las organizaciones republicanas para los exiliados. En sus últimos años colaboró escribiendo para diarios y revistas, y falleció en Buenos Aires en el año 1949 a los 71 años de edad.

P- Por último y ya desde un punto de vista personal, ¿Cree que su figura ha sido valorada ya en democracia?

R- Tras la muerte de Franco y la consiguiente llegada de la Transición, se publicaron en 1977 sus Memorias, con lo que empezó a cambiar la percepción de aquel personaje denostado por una ‘leyenda negra’ construida a partir de la Guerra Civil. Desde entonces se han escrito algunos ensayos y ha sido trascendental la creación del Patronato Municipal Niceto Alcalá-Zamora y Torres en su pueblo natal, precisamente para recuperar su obra y su memoria. En todo caso sigue siendo un gran desconocido, del que pocos saben que formó parte de tres reales academias, la de Jurisprudencia, la de la Lengua y la de Ciencias Morales y Políticas, o que escribió cerca de una treintena de libros de temática tan rica como variada. Esperemos que este ensayo ayude a conocer un poco más un hombre singular y excepcional, que fue dos veces ministro bajo el reinado de Alfonso XIII y se convirtió en 1931 en presidente de la Segunda República.

 

Muchas gracias por concedernos esta entrevista, le deseamos éxitos con esta biografía, pues consideramos que la recuperación de personajes tan importantes como Niceto Alcalá Zamora deben ser recuperados del olvido.

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