Hace unas semanas tuvimos el placer de poder acompañar a diversos grupos de recreadores, encabezados por Primera Línea, a la que fue la primera jornada de recreación histórica en Alcubierre. Decenas de recreadores se desplazaron hasta este pequeño pueblo al norte de Zaragoza para divulgar sobre la guerra civil española.
Para entender este evento, debemos hablar primeramente del golpe de estado de 1936 en Aragón, así que allá vamos:
Sin duda alguna, la guerra civil española fue un acontecimiento que ha marcado la historia del siglo XX aragonés y sus consecuencias aún se perciben en el siglo XXI. Para entender esta recreación hemos de situarnos en verano de 1936, cuando el golpe de estado de los generales golpistas estaba a punto de producirse.
En el territorio aragonés se encontraba la 5º división del ejército al mando de Cabanellas. Esta división contaba con efectivos en las tres capitales de provincia: Huesca, Teruel y Zaragoza, además de otras poblaciones como Jaca. Por otro lado, en la ciudad de Barbastro se encontraban las tropas del coronel Villalba, dependientes de la 4º División, en Barcelona.
Cuando el 17 de Julio comenzaron a llegar noticias de la sublevación en Marruecos, los sindicatos acudieron al gobierno civil para que les armara y pudiesen frenar a los militares, ya que era posible que estos se quisieran hacer con el poder en las tres capitales de provincia, sin embargo, la negativa de entregar armas se cristalizó en una falta de oposición en las tres ciudades.
Sabemos que la entrega de armas a la población sirvió para parar el golpe en ciudades como Madrid o Barcelona. El caso de Zaragoza es curioso debido a que fue una ciudad que en las anteriores tres décadas había tenido un fuerte movimiento sindicalista y las mismas palabras podríamos decir de varias zonas del territorio rural aragonés, sin embargo, la falta de armas imposibilitó que se frenara el golpe.
Aún con las tres capitales de provincia adheridas al golpe, no todas las guarniciones aragonesas se habían sublevado, faltaban las tropas de Barbastro bajo el mando del coronel Villalba. Este era uno de los oficiales en Aragón más concienciado con el golpe de estado, sin embargo, estuvo un tiempo vital a la espera de ver que sucedía con la 4º división de Barcelona, de la cual dependía.
Esta situación creó un momento de incertidumbre dónde nadie tenía claro que significaba el silencio que llegaba de Barbastro, hasta que tras el fallido golpe de estado en Barcelona y las noticias de la llegada masiva de milicianos a tierras aragonesas, el coronel Villalba comunicó su adhesión a la causa del gobierno.
Mientras tanto en el campo aragonés la población se fue organizando en pequeñas milicias locales, de un bando y de otro, asegurando el control de su localidad con mayor o menor efectividad y a la espera de que llegase alguien a apoyarles. Con el posicionamiento del coronel Villalba al lado republicano, y con él, parte del Aragón oriental supuso que las milicias llegadas de Barcelona fuesen avanzando hasta encontrase con la oposición de los golpistas a poca distancia de las capitales.
De esta manera se quedó el actual territorio de Aragón dividido en un frente que prácticamente lo cruzaba por la mitad.
Por el lado sublevado, un frente demasiado amplio para los efectivos que tenían, por el lado gubernamental, un frente que se llenará de numerosos grupos de milicianos armados inexpertos que, aún con varios éxitos iniciales, no conseguirán coordinarse para capturar las capitales de provincia ocupadas por un ejército profesional.
Esta breve explicación sobre el alzamiento militar en Aragón nos ha de servir para entender las jornadas de recreación en las que tomamos parte. El evento tuvo dos días de duración y en el pudimos aprender a través de los diferentes puestos como se vivió el golpe y los diferentes proyectos que tenían tanto los sublevados como los leales al régimen republicano.
Además de los puestos en los que se mostraba material de la época y se escenificaban situaciones posibles en el inicio de la contienda. Los organizadores del evento, en colaboración con el Ejército Español y con el ayuntamiento de Alcubierre, musealizaron un pequeño espacio para que los visitantes pudieran obtener una visión más transversal. A su vez, también organizaron ponencias con diversos autores que, a través de sus obras, relataban como había sido el alzamiento en la comarca.
Personalmente creemos que fue un evento realmente interesante en el que pudimos aprender como fue la sublevación militar y la respuesta de las milicias en una zona tan importante como Aragón. Esperamos poder participar a las siguientes jornadas de recreación y compartiros nuevamente nuestras impresiones. Si quieren ver más información sobre el evento y sobre cualquier tema relacionado con la recreación histórica pueden visitar la página de Primera Línea.