Hoy nos encontramos ante un libro muy famoso, de reciente edición y que no deja indiferente a ninguno de sus lectores y lectoras; tanto para bien como para mal. El Director, de David Jiménez nos sumerge en el apasionante mundo del periodismo y todos los hilos que conectan este mundo -y su puesto de mayor importancia- con la cumbre política y económica de España.
David Jiménez es conocido por muchos como periodista y reportero, enviado a los conflictos y eventos más duros del planeta y reconocido con premios tanto de literatura como de periodismo. Además, posee un récord: el director más breve del diario El Mundo ya que fue su director desde finales del mes de abril de 2015 hasta el 25 de mayo del mismo año.
Dicha novela, ambientada en una realidad fidedigna y con toques autobiográficos acerca al curioso a un mundo ciertamente oscuro donde el periodismo y su principal misión – informar de manera veraz- quedan a un lado por la intromisión de los poderes que manejan el Estado. Los intereses partidistas de los políticos, que son quienes también financian al periódico y le nutren de suntuosos elementos de interés públicos son los titiriteros de unos trabajadores que solo quieren hacer bien su trabajo e informar de manera real a los ciudadanos. Las luchas políticas, los intereses propios de personalidades inamovibles del periódico así como la confrontación política y el interés por atraer el voto de los españoles puede marcar un rumbo u otro en un diario de tirada nacional y con una gran estela de publicaciones a sus espaldas.
Durante el recorrido de sus más de trescientas páginas, David Jiménez nos va explicando la organización de las plantas que ocupan en su sede en la madrileña calle Pradillo, su estructura y los diferentes nombres que van tomando los actores y actrices del libro lo que nos permite introducirnos en un mundo ajeno para los habitantes, dejando únicamente un espacio para estos: los quioscos. De igual manera, la novela también trata los tratos de favor -tanto dentro como fuera de la sede-, los complots contra el expresidente del periódico Pedro J. Ramírez, la capacidad de maniobra que tienen los periodistas en publicar sus noticias así como la evolución del diario desde su fundación hasta el periodo comprendido por su breve director y autor del libro, las presiones de ciertos sectores y personalidades de la plana mayor española -políticos de cierta tendencia, presidentes de grupos de actividades de construcción y servicios, etc.
En definitiva, nos encontramos ante un libro curioso, interesante y que abre los ojos -sino lo están ya- de los ciudadanos ante la situación interna de un medio de comunicación de masas, su afección con respecto a la sociedad y los movimientos de hilos que se van sucediendo sin que nos demos cuenta; afectando al tipo y naturaleza de noticias e informaciones que nos llega ya que van ligeramente dictadas por un orden superior que va tratando de atraer a más personas a su feudo político. Un ejemplo claro lo podemos encontrar en la sucesión de artículos e informaciones relacionadas con los atentados sufridos en la madrileña estación de tren de Atocha donde cierto partido político apostó por una huida hacia adelante a pesar de la información policial, y los periódicos bajo su signo profundizaron en su decisión sin cortapisas.
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