Reseña: La Bibliotecaria de Saint-Maló

Muchos libros se han escrito sobre la Segunda Guerra Mundial y los territorios ocupados. La brutalidad de la guerra y la excepcionalidad histórica han dado rienda suelta a miles de autores, sin embargo, creo que este libro de Mario Escobar tiene algo especial.

La Segunda Guerra Mundial fue, sin duda, una lucha entre democracia y totalitarismo, entre civilización y barbarie. Este conflicto sacó lo peor del ser humano y revolucionó las tácticas bélicas de destrucción masiva. En definitiva, nos volvió a mostrar el lado oscuro del ser humano.

En esta nueva obra, Mario Escobar nos vuelve a llevar a la década de 1940, como ya hizo en Sol Rojo sobre Hiroshima o El Mesías Ario.

Mario Escobar
Portada de la obra La Bibliotecaria de Saint-Maló

Sinopsis:

Esta obra nos plantea la historia de Jocelyn, bibliotecaria en Saint-Malo, una mujer que, en tiempos convulsos, se agarrará a su pasión, la literatura. La pérdida de la fe en el ser humano está latente en toda la novela.

Jocelyn no estará sola, sino que a lo largo de la obra conoceremos a personajes como Herman Von Choltiz, que no son lo que parecen. Viviremos con estos personajes el paso de la guerra y las consecuencias de la misma.

A destacar:

Pese a que la temática ha sido tratada con asiduidad por los escritores de novela histórica, nuestro autor nos da un toque especial relacionado con la cultura y la literatura. Además, la narración de lo cotidiano y los breves capítulos nos irán introduciendo poco a poco en una novela cuanto menos apasionante. La utilización de la cultura como legitimadora de un régimen totalitario y la preservación de la misma como método de resistencia activa son dos de los elementos más destacados en la novela.

Esta novela no solo nos habla de las vivencias de los personajes, sino que, de una forma transversal, nos analiza la sociedad francesa de la época y las diferentes visiones que tuvieron sus ciudadanos respecto a la invasión alemana.

Por último, desarrolla una idea clara, la cultura es poder y sin ella el ser humano no es nada, es por ello por lo que debemos protegerla, hasta las últimas consecuencias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *