Anteriormente hemos reseñado las dos primeras partes de la trilogía de Arturo Barea, hoy nos toca hablar de La Llama, el final de la historia de Arturo Barea. Este libro nos narra la adultez de nuestro personaje y sus vicisitudes antes y durante la sublevación militar de 1936, hasta la huida de Arturo Barea en 1937 de España.
Este quizá es el libro más controvertido de la trilogía, pues se expone la guerra civil española de una manera muy singular y sin tapujos. Uno de los puntos que hace que esta descripción de Arturo Barea fuera tan singular es la crítica constante a la guerra, en muchos casos desde la cotidianidad del conflicto, además de las críticas a los gobiernos republicanos y a las organizaciones del Frente Popular.
Por otra parte, debemos destacar que la descripción del drama de la guerra es fundamental, a través de los bombardeos, el hambre, el caos y la violencia en la retaguardia.
Los desmanes de la guerra hacen plantearse a Arturo Barea, una vez más (pues ya había pasado durante sus vivencias en África), el mundo en el que vive y la miseria que hay a su alrededor. Los juzgados sin garantías, las sacas y el odio tras el golpe de estado son ejemplos muy marcados que expresan esa desafección no son el socialismo o con el Frente Popular, sino con personajes que integraban estas organizaciones.
La visión de Arturo Barea aparece recogida a lo largo de la obra, sin embargo, hay otros personajes como Ángel que dan una visión llana e igualmente crítica con el contexto en el que se encuentran. Este personaje es realmente crítico con la posición de los aliados y abandono a la democracia española.
La diplomática republicana es un tema realmente relevante en la obra, principalmente por el trabajo de nuestro protagonista en la censura a la prensa extranjera. La posición de las democracias occidentales es criticada constantemente por su tibieza contra Hitler y el fascismo europeo.
Su trabajo en la radio de Madrid con el Seudónimo de “La voz de Madrid” es descrito con gran detalle, este solo es el preludio de lo que Barea hará en la BBC durante la década de los 40 hasta su muerte.
Si bien es cierto que Arturo Barea nos cuenta sus experiencias vitales, en esta obra quizá expresa su lado más pesimista con el ser humano y consigo mismo, pues es cierto que, hasta la llegada de Ilsa, la que será su mujer hasta el final de sus días, Barea es un hombre desubicado, que no conoce el amor y que se encuentra como un extraño ante su familia o sus compañeros de trabajo.
Conclusiones:
La trilogía de artículos escritos sobre La forja de un rebelde no estaba destinados a contar una historia, la verdad es que me los planteé como una forma de plasmar mis impresiones, destacar las cosas que me iban marcando y las que fueran destacables.
Este último libro, sin duda alguna, es el mejor de la trilogía. A mi especialmente me ha cautivado por la descripción de la vida durante la Segunda República española. Los capítulos en el pueblo de Novés son una radiografía a mi juicio muy acertada sobre la vida en las zonas rurales y la reciente conflictividad.
Su visión pacifista del mundo y la necesidad de instaurar el socialismo para equiparar a los más pobres con la sociedad privilegiada es una constante reflexión a lo largo de las obras.
La descripción de la vida en el exilio y la percepción que tienen los franceses del conflicto español es realmente relevante y revelador, principalmente a que en los anteriores capítulos se habla de manera constante sobre la política de No Intervención.
Por último, Arturo Barea no volvió nunca a España, aunque sí escribió una novela llamada La Raíz Rota sobre su hipotético regreso influido por las informaciones que periodistas extranjeros le brindaban.
En el próximo artículo trataremos esa hipotética vuelta a España de Arturo Barea, aquí tenéis nuestra sección de Historia Contemporánea.