Luis Araquistáin y la No Intervención

Luis Araquistáin fue un político socialista cercano a personalidades de la primera ola del PSOE de principios de siglo XX como Tomás Meabe o Largo Caballero. Tras la guerra civil, se exilió a Gran Bretaña y finalmente a Suiza, en donde viviría hasta su muerte en 1959.

En el artículo de hoy hablaremos sobre La Intervención y la No Intervención, texto que tendría su repercusión entre los exiliados españoles.

En 1956, un año importante para el exilio español, por ser el año del fallecimiento de Juan Negrín, Luis Araquistáin escribe un cuaderno, impreso en Caracas por Ediciones Libertad, aunque posteriormente fue reeditado por la Fundación Pablo Iglesias durante la transición, en el que explica como se gestó el comité de No Intervención y su desarrollo durante la guerra de España.

Tenemos que tomar este texto como lo que es, una interpretación subjetiva de lo sucedido. Aunque es cierto que señala diversos aspectos que son veraces, obras como la trilogía de la República de Ángel Viñas o Inseguridad Colectiva de David Alegre, son obras que nos dan otra perspectiva, basada en las fuentes y en la historiografía que son recomendables si queremos tener una versión actualizada de lo sucedido.

Entonces ¿Por qué escribir sobre este texto de Luis Araquistáin?, pues sencillamente por el vicio que supone leer textos antiguos, para obtener nuevas perspectivas de otros tiempos.

Últimamente debo admitir que me estoy volviendo adicto a comprar libros antiguos por internet, lo cual me supone el problema del espacio, pero l virtud de poder escribir en internet sobre textos que permanecen ocultos y que deben tener su espacio en este océano de conocimiento que es internet.

Luis Araquistáin considera el comité de No Intervención como creación inglesa, aunque hubo actores franceses que instaron al gobierno de Le Blum a no apoyar la causa republicana, el más importante provino de Gran Bretaña.

Esta decisión, estará de espaldas a la opinión pública, que según Luis estaba inclinada hacia la causa republicana. Lo cierto es que, en Francia e Inglaterra, el movimiento conservador y el extremo derechista son importantes para esta No Intervención, pues presionan durante toda la guerra para censurar cualquier tipo de ayuda a la causa republicana.

Las críticas más certeras de Luis Araquistáin son hacia Antony Eden, ministro de exteriores británico por su pasividad ante el conflicto español, actuando íntegramente por los intereses británicos. Si el lector quiere ampliar sobre esto, las memorias de Pablo de Azcarate, diplomático republicano en Londres, dará una perspectiva más amplia al lector sobre este tema.

Las críticas hacia la URSS son también duras en tanto en cuanto considera que la ayuda brindada al bando legítimo fue tarde, en agosto de 1936, momento en el que las tropas de Franco estaban ya a las puertas de Madrid.

Luis Araquistáin considera que la ayuda soviética corresponde más a una estrategia propagandística que a un verdadero interés por apoyar al gobierno español. Por otra parte, también critica la intensidad de los envíos, pues desde 1937, y como han recogido otros autores académicos, la URSS destina más recursos al conflicto en Manchuria y China que a la causa española.

El otro tema estrella de este La Intervención y la No Intervención es el oro de Moscú, pues explica que la orden fue de Negrín y Largo, sin embargo, esta estuvo ratificada por el Consejo de ministros.

Luis critica el destino a Rusia del oro español, pues considera que se podría haber enviado a México, potencia leal a la causa republicana. Es más, nuestro autor considera que depositar el oro en la URSS fue la consecuencia o de una coacción o de la desesperación de los gobernantes españoles.

Lo cierto es que Gabriel Jackson en sus memorias sobre Juan Negrín analiza este tema y llega a la conclusión de que fue por cercanía y para comprar armas, de manera irregular a diversas naciones europeas.

Por último, Luis Araquistáin considera que los pactos de Múnich sentenciaron a la República al conseguir el desinterés soviético, que, según él, no volvió a enviar armas al estado español y decidió, meses más tarde, firmar el pacto germano-soviético.

Respecto a esto, debemos destacar que el gobierno soviético envía un gran contingente de material mientras se estaba completando la ofensiva de Cataluña, y que, además, Negrín en la entrevista de los Llanos el 16 de febrero de 1939, asegura a sus mandos militares que hay un gran contingente de suministros soviéticos esperando a llegar a España, por lo que la lucha por la evacuación de sus compatriotas seguiría teniendo sentido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *