Hace unos meses, en una conversación con mi querido amigo Javier del Amo, hablamos sobre la necesidad de algunos de considerarse en todo momento víctimas, en esa conversación salió a relucir el título imperiofilia de Roca Barea, una autora a la que yo no conocía más que por algunas publicaciones en las que atacaba directamente la leyenda negra, también lo hacia por la admiración que le profesan personajes de la divulgación histórica más nacionalista de nuestro país.
Javier me recomendó la lectura del libro Imperiofilia de José Luis Villacañas, autor al que no solo conozco por sus obras relacionadas con el franquismo, sino que he tenido el placer de entrevistarlo para el podcast.
Esta breve lectura tenía todo lo que buscaba, una crítica/desmontaje de las obras de Roca Barea y una explicación para algo que me intriga, la necesidad del nacionalismo español para culpar al otro de sus males.
José Luis Villacañas, como es de costumbre, estructura su ensayo para que el lector comprenda la crítica que la autora hace de cada elemento que estructura la leyenda negra, hablando de sus detractores y de los objetivos que tienen para deslegitimar a lo que ella considera las bondades de España con el mundo.
Lo curioso del libro es la cantidad de imprecisiones y mezcolanza de datos que la autora utiliza con el fin de legitimar posiciones que, con la explicación de los procesos históricos, se caen por su propio peso.
Por ejemplo, acusa a los intelectuales contrarios al imperio español de racistas, pero olvida las políticas de represión llevadas por los virreinatos contra los nativos americanos. A la vez lanza la idea de que hay unos pueblos superiores a otros, lo cual no considera racista, solo una realidad al tener el imperio español mayor tecnología y poder militar.
Para justificar el imperialismo español, utiliza el ejemplo de Roma como imperio que se expandió de manera inconsciente, comentando que además este sufrió ataques similares a los que recibiría el imperio español con posterioridad.
Respecto a los países promotores de la leyenda negra, es interesante destacar que no los considera imperios, como es el caso de Holanda o Inglaterra, pues según ella su fuerza no nace hasta el siglo XIX y su control sobre el territorio no era efectivo.
Por otra parte, José Luis Villacañas nos explica los componentes intelectuales y la base documental de Roca Barea, pese a que ella no añade ningún tipo de fuente a su obra por estar esta en internet, la verdad es que esto es digno de Javier Donzé y otros que al final solo juegan con sesgar la divulgación histórica en el contexto de las guerras culturales, pero no de alguien que pretende ser una eminencia en el mundo intelectual.
Sin extenderme más para no desvelar las ideas o el análisis que hace Villacañas sobre el libro de Roca Barea, si que debemos destacar que es un buen trabajo que, en general, combate uno de los males de la actualidad, el nacionalismo español. Esta crítica, aunque es de una obra en concreto, nos sirve para entender como personajes como Armesilla, Barea, Roberto Vaquero y otros defienden una España que no existe y una historia nacional que no se corresponde con la realidad, al menos sin profundizamos en la misma.
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