Paseando por uno de estos lugares tan infectos y deshumanizados como son los centros comerciales, me encontré con una gran cadena de venta de libros y todo tipo de lecturas. Cometí mi primer error entrando, pues generalmente compro en el pequeño comercio, o en su defecto por páginas como Todos tus libros.
Pero bueno, hecho el mal, me dispuse a mirar las diversas secciones, últimamente hay muchas dedicadas al crecimiento personal, a las criptomonedas y al cuidado de uno mismo, como si esas lecturas alimentaran el alma, que es a lo que suelo ir yo a las librerías. Entre estos libros, me encontré con las Meditaciones del emperador Marco Aurelio, que es una de esas lecturas que me llevaba persiguiendo tiempo.
Las Meditaciones de Marco Aurelio, uno de los emperadores más destacados del Bajo Imperio Romano, constituyen una obra que se puede encuadrar en el pensamiento estoico.
Marco Aurelio, que tuvo fama de filósofo, fue uno de los emperadores más destacados de este periodo, principalmente por impulsar los derechos de esclavos, mujeres, ciudadanos, dando la sensación de volver a lo que los romanos del momento pensaban que había sido el periodo republicano, tiempo atrás liquidado por Julio Cesar y su discípulo Augusto.
Esta obra, que tiene que ver con las reflexiones que el viejo Marco Aurelio hace en sus últimos días, nos da una serie de consejos que han quedado atrapados en el tiempo, siendo incluso útiles para la época digital en la que nos encontramos.
Estas nos resultan familiares, entre otras cosas porque son consejos que te podría haber dado tu abuelo, como por ejemplo que no actúes pasionalmente o que tengas demasiada curiosidad sobre la vida ajena.
Estas reflexiones no solo tienen que ver con cuestiones cotidianas, sino también políticas, como son las de ignorar los malos comentarios, vivir de forma humilde, como a los que se pretende gobernar, no humillar a tus oponentes en público o pensar siempre en el bien común, por encima del individual. ¿No es esto algo de actualidad?
También recoge las enseñanzas de las personas más importantes de su vida, a las que valoraba de manera intelectual, política o incluso a muchos de sus familiares, de los que destaca sus mayores enseñanzas. La importancia de la familia o los dioses nos muestra como Marco Aurelio, pese a tener ese carácter divino que tenían todos los emperadores, era un romano como otro cualquiera.
Esta obra, que se compone de los diversos “libros” o escritos que dejó Marco Aurelio para la posteridad, es útil para conocer al hombre, no al emperador, sino al ser humano, que a fin de cuentas no ha cambiado tanto en estos milenios.
Lo que no tengo claro es si les servirá a aquellos que lo quieren utilizar para crecer personalmente, entendiendo el crecimiento como ganar mucho dinero y comprar Lamborghinis.