Manipulación y propaganda en la crónica de Alfonso III

Introducción a las crónicas de Alfonso III

A nivel general y en palabras de Pérez Marinas, las crónicas de Alfonso III son fruto de un largo proceso historiográfico desarrollado a lo largo del s. IX en el reino de Asturias. El estudio de Pérez Marinas es de gran relevancia, ya que nos ofrece descripciones y comparativas entre las distintas crónicas que hasta ahora no teníamos. Por ejemplo, considera que las diferencias entre la Rotensis y la Sebastiavm son tan grandes y significativas que fácilmente podrían ser entendidas como elaboraciones independientes, pero relativamente coetáneas que emanan de un mismo relato, es decir, de La Crónica de Alfonso II sobre el final de los reyes Godos. Del mismo modo, se cuestiona el origen de la Sebastianvm de que fue redactada por el obispo de Salamanca. La epístola de Alfonso II, cuenta que envió a Sebastián una crónica sobre los reyes godos (posiblemente fuese la Rotense para que la continuase y completase (esta crónica abarcaba desde Suintila hasta Recesvinto).

Sea como fuere, podemos definir la Rotensis y la Sebastianvm como crónicas “independientes” que se originan a raíz de la crónica de Alfonso II con el fin de completar y legitimar una identidad. Tal y como afirma Ordóñez Cuevas, la propia elaboración cronística tienen una intención y relación directa con las instituciones de poder, convirtiéndolas en elementos conflictivos y que, de manera intrínseca, arrastran una clara intencionalidad al servicio de una entidad monárquica o política, en este caso, la dinastía astur. Actualmente no se pone en duda de que las crónicas alfonsíes están altamente condicionadas y al servicio regio de los distintos monarcas, la cual no tenía intención ni de lejos de mostrar la realidad y reflejar fielmente la Historia, sino de reforzar un ideal, una identidad sobre la cual respaldar su legitimidad.
Todas cuentan con rasgos comunes, de los que podemos mencionar una clara manipulación de la realidad histórica, rasgos propagandísticos y estilísticos, un propósito común y una intencionalidad. La intención principal de estas crónicas es la de convertirse en un referente cristiano de la Península y de imponer una supremacía religiosa frente al enemigo, (el Islam), así como de asumir el control ideológico de la cristiandad hispana. La manipulación de los orígenes y la apelación de un motivo providencialista son los pilares sobre los cuales se sustenta el discurso y, por ende, el control social.

La crónica como documento propagandístico

Los documentos deben de ser entendidos por lo que son, “documentos de propaganda”, ya que tratan de forjar una nueva ideología, a la vez que trata de ocultar una realidad material, por lo que existe una realidad o motivo subyacente y la ideología, siendo la providencia gran parte de la esencia de que los acontecimientos no ocurren porque sí, sino porque Dios así lo quiere, principalmente por castigo divino.

El discurso de la pérdida de Hispania por la codicia, pecados y mala praxis de los hispanogodos es presente constantemente y que, fruto de la lujuria y pecados cometidos, los hispanogodos encontrarán la muerte y el final de su reino como sacrificio justificado.
Es mediante este relato que, desde Alfonso II, los esquemas neogoticistas se irán amoldando a una necesidad regia; en pocas palabras, para justificar lo que hacen y harán. Buscarán la manera de crear un puente que vincule la monarquía visigoda con la astur, por lo que esa intención de legitimidad se gesta ya desde la propia crónica de Alfonso II. Por su parte, Isla Frez duda en esta imposición goticista de Alfonso II ya que considera que el neogoticismo puede ser más propio en tiempos de Alfonso III. Otros como Julia Montenegro o Arcadio del Castillo dudan de esto último, y remontan un “proto neogoticismo” en tiempos de Alfonso I, estando ya plenamente impuesta y establecida con Alfonso II3.

El proyecto de legitimación se obtiene mediante tres pilares, que son los que articularan casi en la totalidad el discurso tanto de la Rotense como la de Sebastián: vinculo de sangre, independencia por la victoria contra el Islam (Covadonga) y la presencia de un autoritas digno un magister militum, sucesor de Don Pelayo.
Es decir, los elementos que caracterizan estas crónicas pueden son: evidentes rasgos propagandísticos, estilísticos y de la manipulación de la Historia, un objetivo de reforzar la legitimidad desde un origen ficticio, la sangre y la victoria sobre el Islam como elementos de cohesión, el providencialismo y casuística de los acontecimientos.

Respecto a aspectos diferenciadores, de manera breve podemos mencionar que, en el lado de la Sebastiavm, es un latín más culto y pulido, en el cual aparecen censuradas ciertas partes; se exalta la intervención y unión de los godos con Asturias, exculpa al clero, tiene respecto a la Rotense, mayores sesgos ideológicos con el fin de justificar la Reconquista, ya que se ha perdido el territorio de los antepasados. Es por ello que, de manera general, se acepta que sea esta crónica la que más elementos neogoticistas contenga. En el lado de la Rotense, (la cual se encuentra en el Códice de Roda), es un latín más arcaico y tosco, aunque también pretende demostrar cierta continuidad, su estructura formal es más descriptivo-narrativa que la de Sebastián. La censura es menor y trata de eliminar todo componente mítico de la narración (salvo en el relato de Covadonga).

Podemos entender que la figura de Pelayo es incierta dado el nulo detalle que nos ofrecen tanto fuentes latinas como musulmanas. Efectivamente, no se pone en duda la existencia de una persona de cierto status y rango que logró vencer a una avanzadilla en Covadonga, pero tanto su origen como su reinado son considerablemente inciertos. Muchos autores consideran a Pelayo como un elemento providencial más de las crónicas de Alfonso III por el tan abundante halo mítico e inspirador que transmite. Pelayo sirve a los reyes astures como el antepasado por excelencia, el primer rey astur del cual suceden los siguientes.

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Bibliografía

-ARBESU, David, “De Pelayo a Belay: la batalla de Covadonga según los historiadores árabes”, Augustana College, Illinois Bulletin of Spanish Studies, Volume

-CABAL, C, “Alfonso II EL Casto; (Oviedo 791 d. C)”, Presentación de Eloy Benito Ruano; Apéndice de José M. Gómez-Tabanera, Oviedo, 1991.

-GIL FERNÁNDEZ, Juan, “Crónicas asturianas”, Universidad de Oviedo 1985.

-ISLA FREZ, Amancio, “La Crónica de Alfonso III y el reino astur”, Ed. Trea, Asturias, 2019.

-ORDÓÑEZ CUEVAS, Andrea María, “La legitimidad de los reyes asturianos en la Crónica de Alfonso III”, Estudios Medievales Hispanos, año V, nº V (Coord. Fernando Valdés Fernández), UAM, 2016.

-PÉREZ MARINAS, Iván, “Las obras de las crónicas de Alfonso III: crónica de Alfonso II sobre el final de los reyes godos, leyenda de Covadonga, crónica de Sebastián de salamanca y crónica de Ordoño I”, Universidad Autónoma de Madrid, 2014.

 

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