La guerra del Rif y Arturo Barea

La reedición de esta trilogía sobre la vida de Arturo Barea no es casual. Estos años, sin duda alguna, están creciendo las publicaciones sobre la guerra del Rif, el conflicto más importante en el que se ha visto involucrada España durante el siglo XX fuera de sus fronteras.

Introducción:

La forja de un rebelde, como ya habíamos comentado en otros artículos, nos narra la vida de Arturo Barea, un hombre que se forja a sí mismo, pasando de África al Madrid republicano, donde llegó a ser el responsable de censura de prensa extranjera durante la guerra civil española.

Tras la derrota republicana en el conflicto civil se exilia a Gran Bretaña, donde escribió y publicó esta trilogía. Murió en 1957.

En esta segunda obra, la ruta, se nos narra la llegada a África de Arturo Barea y su experiencia, en la que nos cuenta desde su vida cotidiana hasta la estructura del ejército, sus deficiencias y su opinión sobre la política nacional.

La reflexión política está presente durante toda la obra, ya que Arturo Barea siempre plantea diversas opiniones al lector, en buena medida a través de sus anécdotas.

Arturo-Barea
Arturo Barea y la forja de un rebelde

Arturo Barea y el Ejército:

El Ejército español, desde la pérdida de las últimas colonias con la derrota contra los EE. UU, se había concentrado en recuperar su prestigio. El tratado de Algeciras en 1906 brindó a esta institución la oportunidad de resarcirse, ocupando el territorio y sometiendo a las diferentes cabilas establecidas en la zona.

La guerra del Rif desde ese momento se convirtió en uno de los pilares fundamentales de la política española.

Arturo Barea en esta segunda parte de su trilogía considera que el ejército español es una institución corrupta en el que unos pocos se hacían ricos mientras que el resto, en este caso la tropa, no tenían ni los pertrechos ni el armamento adecuado para establecer la ocupación que se pretendía.

Es en estos primeros momentos en los que Arturo Barea comprende que la corrupción era algo sistémico dentro de esta institución. Esto es algo que explica realmente bien en varias anécdotas en las que se relata cómo los oficiales se quedan con parte de la soldada, apuntan más material para quedarse con los excedentes o incluso privan a los soldados de dicho material para quedarse ellos con más.

Esto marca un antes y un después en la vida de Arturo Barea, ya que este comprende que tampoco puede ir contra el sistema, que es así desde hace años, aunque si es cierto que en la obra manifiesta su disconformidad con todas estas prácticas.

La narración de las condiciones de los soldados también es algo a destacar, ya que dentro de este grupo había clases. Aunque ni españoles ni marroquíes tenían demasiado para comer, el trato que se les da a estos segundos por parte de los ocupantes es realmente vejatorio.

Esta experiencia, aunque representa su cambio hacia la madurez, nos narra eventos como el desastre de Annual en 1921 de una manera terriblemente traumática, ya que le marcará de por vida.

África, la forja de Arturo Barea:

Sin duda, esta segunda obra nos presenta un proceso de metamorfosis en la personalidad de Arturo Barea. Cuando llega a África nuestro protagonista era tan solo un niño, mientras que cuando sale es un sargento con extensos conocimientos en administración y topografía.

Durante este periodo también descubrirá los bajos fondos de la ciudad de Ceuta, donde nos narra sus experiencias en las tabernas y burdeles. También desarrolla su primer amor con una mujer llamada Chuchín, con la que mantendrá una relación durante un tiempo y con la que no podrá estar más por su vuelta a Madrid tras licenciarse, además de por el acoso de sus superiores.

Respecto a esto último, es realmente revelador la descripción que hace Arturo Barea sobre la sociedad de las apariencias. En esta se distingue claramente a la gente decente de la chusma, en la que estarían tanto las mujeres de vida alegre como la gente humilde. En esta sociedad las clases no pueden relacionarse, si lo hicieran sería un escándalo.

Por último, hay que destacar que, a su vuelta de África, Arturo Barea choca con la realidad de España, un país donde el desempleo era realmente acusado y en la que las oportunidades brillaban por su ausencia, pese a que a él no le faltaron. También nos habla de su primera esposa y la toma de conciencia del personaje sobre el matrimonio y lo que debería ser.

La sociedad en la que se mueve el personaje es patriarcal y machista, en la que se trata a la mujer como un ser gestante que solo decide en sus tareas en el hogar. Mientras que el hombre puede divertirse cuanto quiera mientras que no desatienda varias reglas básicas del matrimonio.

En definitiva, esta obra es una buena lectura para quien quiera leer sobre la España de principios de siglo XX. Sin embargo, no hay que dejar de tener en cuenta que esta es solo un conjunto de vivencias personales, por lo que, para conocer por ejemplo la guerra del Rif, debe ser complementada con algún libro especializado.

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