Bienvenidos Foro de la Historia, hoy vamos a hablar de los campos de concentración del franquismo, un tema desconocido para muchos. Para ello contaremos con la presencia de Carlos Hernández de Miguel, experto en el tema.
Actualmente se están comenzando a realizar estudios acerca de los diversos tipos de represión efectuados durante en franquismo. Este escrito tiene la intención de analizar la represión política en cuanto a su volumen y su aplicación en el tiempo, con el objetivo de resolver varias preguntas: ¿Fue el régimen instaurado en 1939 un aparato constante de represión? ¿Cómo articuló este nuevo cuerpo la represión?
El análisis sobre la represión estará centrado en los campos de concentración construidos a lo largo del país y en los presos de las cárceles, de como estos vivieron y de que mecanismos utilizaron para defenderse de las vejaciones del nuevo régimen.
Recientes estudios del periodista Carlos Hernández han demostrado la existencia de más de 300 estos emplazamientos en toda España, lo que nos hace plantearnos la magnitud del aparato franquista.
Según la definición del historiador Javier Rodrigo, podemos considerar como campo de concentración todo aquel que fue estable o provisional, ya que el resto de instalaciones represivas tuvieron el objetivo de guarnecer a los detenidos hasta su procesamiento, en la mayoría de los casos sin un proceso judicial. Debemos matizar que muchos de los presos que pasarán por los campos posteriormente van a engrosar el sistema penitenciario y viceversa.
Carlos Hernández es uno de los memorialistas que más empeño ha dedicado a reconstruir esta red de campos, al menos hasta 1947, momento en el que una gran parte de los propios campos de concentración se reconstruyen en colonias penitenciarias y batallones disciplinarios.
Respecto a los presos, fueron clasificados en grupos según la gravedad de su delito. La mayor parte de ellos pasaron durante un corto periodo de tiempo por campos de concentración y cárceles, hasta que los dejaron libres tras comprobar sus antecedentes, con esto se redujo la presión demográfica sobre estos recintos. El segundo tipo de presos fue considerado como “irrecuperable”, puesto que pertenecían a organizaciones políticas o habían sido activos durante la Guerra civil, estos generalmente eran fusilados. Por último, tenemos el tipo de presos que inundarán los campos, estos van a ser considerados como “Reeducables”, ya que habían cometido delitos y eran claramente desafectos al régimen, sin embargo, estos delitos no eran considerados como capitales, por lo que, con años de trabajo, podrían reincorporarse a la nueva España que se había fraguado en 1939.
Aparte de los guardias y sus abusos, los presos tuvieron que enfrentarse a un enemigo oculto, los parásitos y las enfermedades. Los problemas de salubridad fueron consecuencia de la masificación de los recintos, en los que los presos se lavaban de forma irregular.
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