La lucha por la fe. Eoin O’Duffy y la Guerra Civil española

La Guerra Civil Española fue un conflicto que tuvo una grandísima repercusión en todo el mundo, con un amplio seguimiento y, en muchísimos casos, con participación de voluntarios en ambos bandos de la contienda. Irlanda no fue un caso aislado y el conflicto fue muy seguido por todo el país, que había logrado el rango de Estado Libre tras la guerra contra el Imperio Británico. Pese a que el gobierno irlandés se adhirió a la no intervención apoyada por Inglaterra y Francia, se hicieron diversas campañas en la isla a favor de cada bando. El bando sublevado, al ser considerado como defensor de la Iglesia, tuvo bastante apoyo debido al peso que el catolicismo tenía en Irlanda. En este artículo abordaremos la figura de Eoin O’Duffy y los voluntarios irlandeses en el bando franquista.

Pero, ¿Quién era Eoin O’Duffy? O’Duffy había sido una figura destacada en la guerra por la independencia de Irlanda y la guerra civil irlandesa como líder militar. Tras el establecimiento del Estado Libre de Irlanda, tuvo el cargo de jefe de la policía. Fue en la década de los treinta, tras ser destituido de su cargo, el momento que comenzó a adquirir gran relevancia como líder de sectores ultraderechistas como fundador del Partido Nacionalista Corporativo (NCP en sus siglas en inglés: National Corporate Party) y del movimiento de los “blue shirts”, con elementos compartidos con los movimientos fascistas que tenían lugar en la Europa del periodo.

Tras el golpe de estado del 18 de julio en España, el bando sublevado comenzó a recabar apoyos en el plano internacional mediante diplomáticos y hombres de negocios. Uno de ellos fue Ramírez de Arellano, aristócrata establecido en Londres, que contactó con el Primado de Irlanda, el cardenal MacRory, buscando apoyos y recursos. MacRory le recomendó la figura de O’Duffy, a quien Arellano contactó en agosto de 1936 pidiendo su ayuda en nombre del catolicismo y la cristiandad. O’Duffy, quien consideraba que en el conflicto español tenía lugar “una lucha por los valores del mundo cristiano”, inició los preparativos para reunir voluntarios en Irlanda mediante giras y campañas en la prensa.

En septiembre de 1936, O’Duffy viajó a España donde se reunió con los generales Mola y Franco para establecer las condiciones de su aporte a la causa de los sublevados: sus voluntarios se encuadrarían dentro del Tercio de la Legión y contarían con oficiales propios irlandeses, pero con apoyo de una serie de oficiales españoles que harían de intermediarios con el Alto Mando. Tras su visita, que terminó en diciembre de 1936, se iniciaron los preparativos para el traslado de los voluntarios de Irlanda a España.

Si bien O’Duffy había señalado que podía aportar siete mil voluntarios, la cifra real de movilizados no superaban los setecientos. Muchos de ellos eran figuras cercanas a O’Duffy, miembros del NCP y de los “blue shirts”, pero en su mayoría eran jóvenes, sin experiencia militar, cuyo principal motivo para apuntarse era la defensa del catolicismo.

Eoin O’Duffy

Entre diciembre de 1936 y febrero de 1937, con la colaboración de navíos alemanes e italianos, se transportó a los voluntarios, no sin inconvenientes, desde Irlanda. Tras varios días de viaje, al llegar a España, se les concentró en Cáceres, donde permanecieron por un periodo cercano a los dos meses y recibieron una visita por parte de Franco. En Cáceres, causaron un gran impacto por  su relación con la bebida y al estar involucrados en diversas trifulcas.

Tras el acantonamiento en Cáceres, en el contexto de la batalla del Jarama y la toma de Madrid por parte del ejército franquista, fueron trasladados a Ciempozuelos, lugar en el sufrieron las primeras bajas, causadas en este caso por fuego amigo al ser confundidos con miembros de los voluntarios irlandeses del bando republicano. En marzo de 1937 se estableció la primera acción para ser realizada por los irlandeses: debían avanzar sobre el pueblo de Titulcia como maniobra de distracción para que el ejército republicano no cayese sobre la ofensiva franquista en Guadalajara. Tras una primera intentona el 13 de marzo de 1937 que resultó fallida y en la que hubo varias bajas, se ordenó una segunda acción para el día siguiente. Pero al ver O’Duffy que sus reclutas no iban a obtener ningún apoyo aéreo ni de artillería ordenó la retirada de sus hombres, alegando que no había probabilidad de éxito y causaría un alto número de bajas. O’Duffy argumenta en sus memorias que esta decisión fue bien recibida y apoyada por Mola y Franco, pero lo cierto es que sembró el descontento y desconfianza de los altos mandos del bando sublevado contra los voluntarios irlandeses.

Informe del General Yagüe recomendando la repatriación de la Brigada irlandesa.

Tras la fracasada incursión en Titulcia, los voluntarios de O’Duffy fueron enviados al pueblo de La Marañosa, donde realizaron poca actividad. Fue en esta nueva ubicación donde tuvo lugar una inspección parte del general Yagüe, quien realizó un informe donde recomendaba la disolución y repatriación de la bandera irlandesa, alegando su “disciplina deficiente” y su “eficacia militar nula”.

En abril de 1937, se decidió repatriar a los voluntarios de O’Duffy. En sus memorias de la guerra, O’Duffy señala que se había acordado una estancia de seis meses y que se habían logrado todos los objetivos que se habían propuesto antes de llegar a la Península. Pero había más factores para poner fin a la aventura irlandesa en España, como eran las tensiones y divisiones en el seno de la oficialidad irlandesa; la mala imagen causada por los hombres de O’Duffy entre los dirigentes militares del bando sublevado; y la poca disposición de O’Duffy por disolver la unidad e integrar a los voluntarios en otras banderas de la Legión. Finalmente, la que tuvo más peso, fue la presión del gobierno del Estado Libre de Irlanda mediante sus embajadores para repatriar a los voluntarios menores de edad de la brigada, lo que en palabras del propio O’Duffy hubiese reducido en más de cien hombres su unidad.

Finalmente, salvo unos pocos voluntarios que permanecieron en territorio español, la brigada de O’Duffy retornó a Irlanda en junio de 1937. De esta forma terminó la incursión de Eoin O’Duffy en tierras españolas, de lo que dio buena cuenta en su obra Crusade in Spain, publicada en 1938 y donde lleva a cabo una “glorificación” de su paso por España. Tras su vuelta a Irlanda, O’Duffy nunca volvió a lograr la relevancia que había tenido en las décadas anteriores. Falleció por complicaciones de la cirrosis que padecía en noviembre de 1944.

BIBLIOGRAFÍA
-Robert Stradling Collection, University of Limerick.
-O’DUFFY, E., Cruzada en España. La bandera irlandesa del Tercio en la Guerra
Civil española, Salamanca, Amaru Ediciones, 2021.
-PASETA, S., Modern Ireland. A very short introduction, Oxford, Oxford University
Press, 2003.
-SOLER PARICIO, P., Irlanda y la Guerra Civil española. Nuevas perspectivas de
estudio, Tesis Doctoral, Universitat de Barcelona, 2013.

-VILLAR FLOR, C., “Introducción” en O’DUFFY, E., Cruzada en España. La bandera
irlandesa del Tercio en la Guerra Civil española, Salamanca, Amaru Ediciones, 2021.

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